Muchos se preguntan cuál es el efecto destructor de la cocaína sobre los tejidos de la cara. ¿Cómo es que esta modelo mexicana sufrió esa grave deformidad centrofacial?
Cuando la cocaína es "esnifada" o inhalada, puede ocurrir una serie de sucesos que en poco tiempo comprometen la vitalidad de los tejidos conduciéndolos a la necrosis o muerte.
El tabique nasal es el tejido que separa las dos fosas nasales. Se trata de un cartílago recubierto de dermis y vasos sanguíneos. La función del tabique nasal sano no afectado por la cocaína es la de separar en dos cavidades la vía respiratoria principal. Esta precaución evolutiva tiene entre otros motivos el impedir un colapso total de la vía respiratoria, es decir, que si se obstruye una de las fosas nasales, aun podamos inspirar aire a través de la otra. Si por los efectos de la cocaína en la nariz desaparece el tabique nasal, la acumulación de mucosidades podría muy fácilmente causar el colapso total de la vía, y no podríamos respirar por ella.
Otra función del tabique nasal, es ampliar la superficie vasocapilar que está en contacto con el aire que respiramos. Así, el aire rozará los vasos, y como nuestra sangre se encuentra a la temperatura del resto del cuerpo, calentará el aire. Si respiramos aire muy frío sin que se caliente un poco al entrar, al llegar a los pulmones podría causar daños y propiciar enfermedades como la neumonía o la gripe. Finalmente, el tabique nasal ayuda a mantener la nariz recta y erguida.
La cocaína, no sólo puede destruir el tabique nasal, sino que lo hará con toda seguridad y en poco de tiempo. Entre los adictos a la cocaína que la esnifan es cuestión de meses, menos de seis, que se manifiesten los primeros efectos en la nariz. La famosa nariz enrojecida, y el prurito o necesidad de rascársela sin conseguir ningún alivio, son los primeros síntomas. Más adelante, de forma repentina, la nariz empieza a sangrar y tarda mucho en dejar de hacerlo. Es una prueba más de que los capilares o vasos sanguíneos están quedando expuestos. Esto se debe, a que la cocaína es un poderoso vasoconstrictor, es decir, contrae los vasos haciéndolos más pequeños, e impidiendo así que la sangre circule por ellos. Con el tiempo, el tejido cuyos vasos sanguíneos no llevan suficiente sangre se inflama. Al final la falta de sangre y la inflamación acaba por producir la necrosis del tejido, este se muere y se desprende.
La cocaína, acaba por hacer desaparecer todo el tabique nasal, incluido el cartílago. Al desaparecer el cartílago, la nariz se retrae, se cae, y aparece una especie de puente muy pronunciado con la parte delantera de la nariz encogida. Puede que una muy pequeña perforación del tabique nasal por la cocaína llegue a cerrarse cubriéndose con los mismos tejidos blandos (piel, vasos y carne), pero el cartílago rara vez se vuelve a regenerar, porque carece de vasos sanguíneos propios.
Dra. Cristina Cortés
Dermatóloga
Río San Lorenzo 619, Fuentes del Valle, San Pedro.
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