El rubor facial exagerado y duradero, así como la presencia de pápulas rojas, es decir, granitos rojos e inflamados, puede ser rosácea. Esta es una enfermedad de la piel que muchos confunden con acné, pero ¿qué es lo grave de confundirlo con acné?
La respuesta es la siguiente: la rosácea empeora con la mayoría de los tratamientos para acné. El acné consta de taponamiento en los folículos pilosos, por lo que responde adecuadamente a retinoides y otra gama de medicamentos dedicada a exfoliar la piel. En rosácea, estos medicamentos provocan incremento en la rojez e inflamación, por lo que tienden a empeorar la rosácea.
Usted debe entender que esta enfermedad empeorará con baños calientes, exposición solar, ingesta de alimentos a temperatura caliente, alimentos picantes, así como la agresión a la piel que conlleva tallarla.
La rosácea generalmente es hereditaria y se manifiesta con enrojecimiento en mejillas, nariz y mentón que suele ser prolongada o permanente. Existen variantes de rosácea donde se acompaña de vasos sanguíneos dilatados, que se ven como arañas vasculares en la piel de la cara; así como otras variantes donde existe crecimiento de la nariz y presencia de pápulas eritematosas que corresponden a granitos rojos múltiples que fácilmente se confunden con acné.
Los tratamientos para rosácea van desde formulaciones tópicas, medicamentos vía oral que incluyen antibióticos, así como emolientes faciales y desparasitantes tópicos y sistémicos.
Si tienes dudas, consulta a tu dermatóloga. Recuerda que autoprescribirte puede ser peligroso.
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Dra. Cristina Cortés | Dermatología Monterrey
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