¿Siempre das la excusa "quiero envejecer dignamente" y cuando te operas la nariz inventas
- Dra. Cristina Cortés
- 1 mar 2017
- 3 Min. de lectura

Últimamente he conversado con hombres y mujeres entre los 40 y 60 años que argumentan cuando les pregunto "¿desearías verte mejor?" que CLARO QUE LES GUSTARÍA, pero a la vez inician con pretextos como "¿Botox? Eso es para las artistas, yo quiero envejecer dignamente".
Otro caso común que veo en algunas pacientes es que súbitamente desaparecen dos o tres semanas y vuelven con un cambio estético muy agradable después de por ejemplo una bichectomía (para eliminar los cojinetes grasos de las mejillas) o después de una rinoplastia (cirugía estética de nariz), a lo que les comento "que bien quedaste" y habitualmente anteponen una excusa poco creíble como que tuvieron un golpe con un balón de niños y sufrieron desviación del tabique nasal o una inyección mal aplicada por su odontólogo provocó una inflamación de mejillas que precisó ser arreglada con cirugía de reducción de volumen de mejillas.
Esta situación es repetitiva en nuestra sociedad donde satanizamos de "frívolas" a las o los pacientes que de forma honesta aceptan recurrir a una cirugía o procedimiento estético para mejorar tal o cual aspecto de su cuerpo. Esto no tiene por qué traducir vergüenza o desaprobación del cuerpo humano. Es un deseo natural de acentuar la belleza nata o de corregir pequeños aspectos que nos confieren una mayor seguridad sobre nuestro aspecto físico. Puede ser tan natural buscar disminuir o retardar la aparición de arrugas con Botox, como pintarse el pelo para disimular las canas o puede ser tan aceptable aplicarse relleno para atenuar los surcos del rostro, como hacer ejercicio para mantener una silueta atlética y un peso saludable.
La búsqueda de alternativas estéticas que mejoren el aspecto de la piel y la anatomía corporal, no necesariamente significan querer echar atrás el tiempo y pretender tener una edad más juvenil, simplemente puede traducir la búsqueda de una mejora en puntos clave de nuestro cuerpo para afianzar nuestro autoestima desde el punto de vista físico.
El pecado ocurre -como todo el la vida- cuando abusamos-. Si por ejemplo, incurrimos en cirugías excesivas de aumento de volumen mamario, numerosas rinoplastias, si exigimos a nuestro dermatólogo no arrugar ni un átimo la cara, estamos cayendo en el exceso. Este tipo de excesos no solo dan una imagen distorsionada de nosotros al resto de la gente, sino que puede acarrear riesgos a la salud. Es importante que pierda el miedo a solicitar consejería profesional sobre temas de estética, que platique a fondo sus expectativas con su dermatólogo o cirujano plástico, que acuerden un plan de tratamiento que lo haga ver atractivo conforme a su edad y sobre todo, que los resultados esperados sean reales. No puede usted esperar verse como un artista de televisión a quien admira, debe ser usted la mejor versión de usted mismo.
Dejemos esta cultura de señalamiento a quienes se brindan el lujo de verse bien. Afortunadamente la estética corporal cada vez es más variada y accesible al presupuesto de cada persona. No está para nada mal destinar una parte de sus ahorros a conferirse una mejora de "look". Es tan válido como regalarse un viaje a la playa y no tendría en una sociedad ideal, que ser señalado negativamente por nadie, solo merecería un "que bien te ves".
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Dra. Cristina Cortés | Dermatología Monterrey
Tel. 22 30 76 22
Río San Lorenzo 619, Fuentes del Valle.