De antaño, nuestra mamá y nuestra abuelita nos heredaron la práctica de TALLAR, RASCAR y EXFOLIAR la piel. Si bien en cierta medida controlada, la exfoliación es recomendada, no así como una actividad frecuente.
La piel está constituida por varias capas, la más superficial es el estrato córneo, compuesto en su totalidad por queratinocitos (células hechas de queratina) inertes. Esta capa es muy gruesa en las palmas y las plantas y es la responsable de mantener una barrera cutánea intacta contra bacterias, hongos y parásitos. Es esta misma capa donde por ejemplo, se alojan los parásitos de la sarna.
Un estrato córneo de un grosor normal, permite que la piel envejezca menos, se protege mejor contra la radiación ultravioleta y químicos ambientales. Esta capa de la piel es auto renovable, es decir se elimina cada cierto tiempo para dar lugar a las nuevas células que compondrán una capa más sana y nueva, por lo que agredirla mediante instrumentos de raspado y tallado de forma agresiva, puede dar lugar a una piel con menor protección, mayor inflamación y adelgazamiento.
Le aconsejo olvidarse de:
1. La piedra pomez. Es muy agresiva sobre la piel, la seca y maltrata.
2. El zacate. Remueve de forma innecesaria las "células muertas", pues bien, estas células tienen una función indispensable para mantener la piel sana.
3. Las manitas para rascar. Cada vez que rascamos la piel, la inflamamos y creamos pequeñas aberturas que son la entrada de bacterias a la piel.
4. Las lijas. Si usted es usuaria de lijas para el rostro y las usa diario, ¡cuidado!
Tome en cuenta estas recomendaciones, deje de tratar su piel como si fuera un sartén sucio. Humecte con frecuencia, use dermolimpiadores (jabones) aconsejados dermatológicamente para su tipo de piel y evite maltratarla.
Dra. Cristina Cortés
Dermatóloga | Monterrey
Dermatología y Cirugía Dermatológica
Tel. 22 30 76 22
Río San Loreno 619, Fuentes del Valle, San Pedro Garza García.